En cuanto a la danza, samāʿ hace referencia a la práctica conocida en occidente como danza derviche. Fue Rumi, el poeta y maestro de Asia Central, quien instauró esta bella y peculiar práctica. El samā’ es una danza que imita el movimiento circular presente en el universo, y que podemos observar en la espiral del ADN, las huellas dactilares, el agua, el movimiento de los planetas, la forma de las galaxias. El que gira participa de esta danza cósmica y de su simbología. Otro símbolo presente en el giro está cifrado en la vestimenta tradicional del derviche. En esta práctica el ser humano es el axis mundi, el eje que une cielo y tierra, aunque para ello deba dejar a un lado a su pequeño yo. La paradoja radica en que unifica el movimiento exterior con la quietud interior, de modo que armoniza lo que parece opuesto.
En 2008 la samā‘ fue inscrita como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la UNESCO.
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